26 de agosto de 2010

Carta Abierta

CARTA ABIERTA.



A vos, que desde niño llevas bien adentro la BANDERA DE TU PATRIA que una vez nos entregara Belgrano.

A vos que, si peinas canas, viste las GRANDES REALIZACIONES DE LA GRAN ARGENTINA.

A vos, mujer, que a imagen de NUESTRA MADRE llevas insito el acento de la protección al desamparado.

A vos, joven, que en tus venas vibra la fuerza de la VERDAD, BONDAD Y JUSTICIA que una vez nos enseñaron y se adentró en nuestros corazones.

A vos me dirijo, ARGENTINO, que se te estremece el cuerpo y el alma, me dirijo a vos, porque se que sentís, como yo, la patria de nuestros mayores, la nuestra, la de las glorias Sanmartinianas del Ande.
Me dirijo a vos, porque como vos veo deambular sin horizonte a los hombres en busca de trabajo, porque como vos siento el frió de un niño durmiendo en la calle, porque como a vos, me carcome la impotencia, la bronca, la ira de ver a mi pueblo, a mis semejantes sufriendo, y yo, aquí, con las manos vacías, con las manos vendadas, sin saber que hacer…
Muchas veces nos preguntamos, porqué el sufrimiento y el hambre existen, porqué existe la violencia, porqué existe la corrupción y la malicia, mas no encontramos respuesta alguna. Habrán sido sabias palabras las de aquel que dijo, cosecharás lo que siembres, será que nos hemos equivocado mucho y hemos sembrado en nuestra patria el error, el error y el horror.
Ahora me pregunto angustiada, ¿ES TARDE YA? el tiempo se habrá acabado para los argentinos, el tiempo se habrá acabado para los pobres niños hambrientos, para los obreros de la construcción, para las amas de casa, para los vagabundos, para los adolescentes que duermen en trenes, para los desnutridos y los mendigos, para aquellos que aun no han nacido, para aquellos que quieren estudiar y no tienen los medios, para aquellos que caminan las calles de su ciudad buscando trabajo, para el escritor que quiere volar, para el historiador que quiere perdurar, para el niño que quiere jugar o algún soñador que aspira a soñar, para el VOLUNTARIO QUE QUIERA AYUDAR?.

Yo creo que no, pues la tierra aún es fértil, y está lista para SEMBRAR… Un gran amigo mío, el Padre Franco, misionero, quien me relataba de sus estadías en el África, como miembro de una congregación religiosa africana, me dijo un día con toda la calidez y templanza de su voz, “HIJA, AÚN ENTRE PIEDRAS SE PUEDE VOLVER A SEMBRAR”.

EL ERROR, ¿cual es el error? ¿El error esta en las personas que manejan nuestro gobierno? ¿En los políticos? ¿El error esta en nuestro sistema democrático?, ¿el error está en las doctrinas que seguimos?, ¿Seguimos alguna doctrina?, ¿el error está en los demás?; ¿o el error está en nosotros?; ¿LOS ARGENINOS, SOMOS CONFORMISTAS?; ¿SOMOS DEMASIADO INDIVIDUALISTAS? ¿LOS ARGENTINOS, ALGUNA VEZ, ENTRAMOS EN CONCIENCIA?
Yo, en lo personal, me inclino por las últimas hipótesis. La historia,… sí, esa que te en señan en todos los ámbitos del estudio, esa que redactan los hombres para recordar las virtudes y errores del pasado humano, esa, que te muestra como piensa actúa y acontece un pueblo con sus respectivas consecuencias ,nos ha demostrado que en la CONCIEN CIA de los hombres está el cambio, los grandes cambios económicos, sociales y políticos, se hallan precedidos por la conciencia de un pueblo, ahora bien, nuestro pueblo, realmente ha entrado en conciencia de sus acciones?, cada persona, ha entrado en conciencia de sus actos?..., creo que no; pues si hubiese una CONCIENCIA COLECTIVA de cambio, la gente no se quedaría en sus casas, no guardaría sus ratos de ocio para el ocio, no pasaría por una villa y se quedaría con los brazos cruzados, no daría vuelta la cara ante un desamparado, si hubiese una conciencia colectiva, la gente buscaría el CAMBIO, lucharía desde sus posibilidades por él. El mas grande y maravilloso ser que existió sobre la tierra, con Verdad Divina dijo, “POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS”;… “TODO ESTO QUE HAGO YO, PODÉIS HACER VOSOTROS, Y MUCHO MAS”.

Sos CONCIENTE de las posibilidades que tenés en tus manos?, o simplemente sos un CONFORMISTA más?....

Carolina Rodríguez Ardiles

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